Pensar al México de hoy como una Nación multicultural es todavía un anhelo. si bien nuestro país se reconoce como una Nación pluricultural, sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, todavía no es un Estado-nación que promueva, de manera plena, y que acepte, como parte de su condición, la diversidad y las muchas identidades que generan las culturas indígenas que conviven en un territorio de cerca de dos millones de kilómetros cuadrados.
La
sociedad nacional no conoce cabalmente a sus diversos integrantes que hablan
más de 60 lenguas originarias. Muchos mexicanos piensan que su país tiene una
historia única y desconocen las otras historias que construyeron los pueblos
indígenas a lo largo de más de cinco siglos.
Son
historias que podrían explicar la actual situación de pobreza y abandono en que
han vivido estos mexicanos. En algunos casos son historias comunes a todos
pero, no en otros, pues surgieron de relaciones de opresión, de estrategias de
sobrevivencia o resistencia para continuar siendo pueblos indígenas, por ser y
mantenerse diversos.
Aún
hace falta trabajar para reconocer y aceptar las muchas identidades que hay en
mi país. Implica que todos los ciudadanos reconozcamos la diversidad, y que
esta aceptación se convierta en nuevas acciones y políticas públicas que nada
tienen que ver con las viejas políticas integracionistas o asimilacionistas,
sino con el respeto a todos los derechos de los pueblos indígenas y sus
integrantes. La acción pública de las instituciones federales, estatales y
municipales debe tomar en cuenta a las autoridades e instituciones indígenas.
Sí asumimos que México tiene más de 60 rostros indígenas aceptaremos el
carácter multicultural de nuestra Nación.
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